martes, 27 de enero de 2009

Lucía Etxebarría tiene la solución para la crisis

¿Huerta de Soto? Un ignorante. ¿Von Mises? Un vendido al gran capital. ¿Hayek? Un sicario de la burguesía. Olvídense ustedes de todas esas tonterías de la escuela austríaca de Economía. Quemen los libros de Carl Menger, tiren al cubo de reciclar papel las obras de Böhm-Bawerk y dejen de gastarse dineros en tomos inútiles y erróneos pudiendo saber economía sólo con un diario gratuito.

La eminente escritora e insigne intelectual Lucía Etxebarría vuelve a la carga con un descubrimiento aún superior a aquél que hiciera al decretar en la televisión que "murciélago" es la única palabra en español que contiene las cinco vocales. De nuevo nos saca de nuestra profunda ignorancia y además lo hace gratis, en la última página del periódico gratuito ADN. El artículo-columna en cuestión se titula "Cómo crear una crisis" (ve enterándote, Bernanke) y tiene poco que envidiar a recientes descubrimientos aritméticos realizados por otro puntal de la cultura patria como Almudena Grandes (también en la última página -qué cosas-, ésta de "El País").

La nueva Biblia de la Economía comienza explicándonos a todos los iletrados que las relaciones causales no son como creemos. Una consecuencia no surge necesariamente de su causa sino de la creencia en que el hecho causal lo es, y que lleva aparejado una consecuencia indefectible. Si he sido demasiado críptico, es porque no logro expresarme tan bien como nuestra admirada oráculo (u orácula, no sea que la Ministra de Igualdazz me ponga una multa). Lean, lean:


"Los especialistas en terapia cognitiva parten de un axioma: el pensamiento crea la emoción. Uno suspende un examen y en vez de pensar que la próxima vez lo hará mejor, piensa que todo le sale mal en la vida y siempre va a ser así. Algo parecido pasa en las rupturas [no dice si se refiere a las rupturas de fallas tectónicas, pero quien sea tan inteligente como nuestra culta escritora y esté al tanto de su obra, sabe que se refiere a las sentimentales]. En vez de pensar "él/ella se lo pierde, no yo, hay muchos peces en el mar". [aquí mete un punto y seguido un tanto inoportuno, pero no debemos menospreciar la labor de innovación y deconstrucción de las normas del lenguaje escrito que con gran talento renuevan nuestros intelectuales] Uno piensa "no merezco que me quieran, siempre va a ser igual". De ahí la depresión [pueda creer el crítico arisco que la depresión puede venir por muchas más causas. Incluso, para una mujer que basa su supuesta independencia del género masculino en berrearla constantemente y en dar a entender que todos los hombres somos culpables hasta que se demuestre lo contrario, cabe pensar que es contradictorio limitar las causas de la depresión a la cuestión de las relaciones sentimentales, pero no me contradigan a los sabios contemporáneos con futesas]".

Bien, establecida la norma de "el pensamiento crea la emoción" para cuestiones íntimas e individuales que los ignorantes siempre hemos llamado "inseguridad" o más modernamente "problemas de autoestima", llega el brillante salto argumental de aplicar dicho principio a un mundo tan complejo como la Economía. Vean, vean:


"Con la crisis pasa algo parecido: el concepto crea la situación".


Ale, ya está.

¿Que no les convence? Bueno, eso es porque son ustedes unos ignorantes y no entienden la genialidad de transplantar el psicoanálisis superficial y de manual de autoayuda del todo a cien a la ciencia económica. Probablemente estén ustedes contaminados por multitud de horas de lectura sobre la revolución marginalista, el problema del cálculo del valor y demás vacuidades. Libérense de todos los conceptos erróneos que esclavizan sus mentes y espabilen. Abran su conciencia a la verdad.

Nuestra genial literata ejemplifica con una profundidad intelectual inusitada que de tanto hablar de crisis, la empresa "A" despide a varios empleados (no por reducir costes o ajustar márgenes exiguos, ni tampoco porque facturen mucho menos debido a una caída de la demanda, sino simplemente porque se habla mucho de crisis. Claro, a la gente le da por hablar de lo que no debe y pasan estas cosas. Se entiende pues, el gran acierto del presidente Zapatero cuando decía que el pesimismo no creaba puestos de trabajo y podía destruir alguno y acusaba de antipatriotas a los que hablaban de crisis y recesión). Además, la empresa "A" rebaja los salarios de los trabajadores que no despide o les paga lo mismo por más labor. Etxebarría no se detiene a analizar tonterías como la rigidez laboral que impide que realmente una empresa despida como y a quien quiere, ni los costes inherentes a esas decisiones. Sigue explicando su ejemplo diciendo que dichos despidos hacen que suba la demanda de trabajo cuando cae la oferta, con lo que baja el salario (cierto, nada objetable).

Y ahora es donde nos da la solución definitiva para la crisis. Presten atención y admírense, pobres mortales:


"Como consecuencia, los trabajadores tienen menos poder adquisitovo, consumen menos y la crisis se dispara. Para colmo, los pocos trabajadores que aún conservan poder adquisitivo empiezan a consumir menos a su vez [¡cómo se les ocurre no gastar en tiempos de crisis! ¡Egoístas!], por miedo e inercia. En realidad, para atajar una crisis, no habría que pagar menos sino más a los trabajadores, por paradójico que resulte"


¡¡¡CÓMO NO SE NOS HABÍA OCURRIDO ANTES!!!

Admiren ustedes las profundas conexiones con el keynesianismo del genial artículo: la crisis se crea por un descenso de la demanda agregada al reducirse el consumo, debido esto a la histeria sobre la crisis (inventada, claro). Por tanto, se estimula la demanda agredada. ¿Cómo? Aumentando los salarios, por supuesto. Estimado lector, entiendo que estará usted con los ojos arrasados por lágrimas de emoción pensando en el inminente aumento de sueldo que su jefe le va a conceder en cuanto le dé a conocer la solución definitiva para la crisis. Le entiendo; yo mismo voy a fotocopiar este inteligente artículo y a empapelar mi empresa con él. Una nueva época de prosperidad se viene sobre nosotros gracias a Lucía Etxebarría.

Cierto, puede que surjan empresarios renuentes a subir los salarios, pero probablemente nuestra escritora ya haya previsto la existencia de dichos malandrines y prevé proponer el uso de la coacción estatal para decretar los sueldos, como ya hacen los países más desarrollados del planeta como Cuba y Corea del Norte. Al fin y al cabo, si ya se hace con el salario mínimo, ¿por qué no extender el mismo sistema a todo el espectro salarial?

Habrá algún cenizo que diga tonterías sobre que si se suben todos los sueldos de golpe, subirán también todos los precios y los únicos pocos beneficiados por la subida salarial serán quienes la han disfrutado en primer lugar antes de que la subida se difumine entre todos los agentes económicos al dispararse la inflación. Estupideces austríacas. Krugman, Stiglitz y otros neokeynesianos pueden perorar horas (incluso semanas enteras, me temo) sobre los múltiples beneficios de la inflación. No se dejen ustedes deprimir por cuatro escépticos resentidos por el evidente fracaso de sus teorías. ¿Cuándo un "austríaco" ha podido explicar la crisis?

Repasemos los puntos trascendentales de la teoría:

1) La crisis surge en la cabeza de la gente. Esas desapariciones mil-millonarias de fondos debido al estallido de la burbuja financiera, no son reales, son productos de su imaginación arteramente perturbada por los medios de comunicación (que algún interés oculto tendrán en convencernos de que estamos en crisis, digo yo).

2)El empresario que incurre en pérdidas o ve cómo su margen de beneficios se acerca a cero, sólo está mirando lo que no debe e imaginando esa realidad poco recomendable. En realidad no necesita reestructurar su negocio, sino un buen psicoanalista.

3) El ciudadano que no llega a fin de mes, es porque no quiere. La culpa es de su pesimismo vital y además es un cenizo, porque nos perjudica al resto.

4) La subida salarial (con sus costes) es lo mejor que puede hacer un empresario para salir de la crisis. Si luego la gente a pesar de tener más dinero sigue sin comprar sus productos, el fallo es de que la gente tiene demasiada libertad para gastar el dinero en lo que quiere y no gastarlo en lo que no quiere. Seguro que el Estado puede solucionar eso de algún modo. Una cosa es la libertad y otra el libertinaje.


Si algún iletrado aún alberga dudas sobre la infalibilidad del argumento "etxebarriano", la admirable escritora acaba por aclarárnoslo:


"Importa [lo que uno piensa] porque la realidad es subjetiva. Este es un principio confirmado neurológicamente y que explica, por ejemplo, las experiencias místicas [sin ir más lejos, los mítines de ciertos artistas tras algunas manifestaciones están muy cercanos a arrebatos místicos donde se dicen cosas como si fueran la verdad revelada] Habría que aplicarlo ahora a la economía".


A espabilar, señores. Déjense de tanto criticar a los Bancos Centrales y al intervencionismo estatal y pidan que el Estado decrete aumento de sueldo universal.

viernes, 23 de enero de 2009

El mercantilismo rancio de Miguel Sebastián.

No es la primera vez que un miembro del Gobierno que se supone debería saber de economía, nos sorprende con alguna declaración que nos hace temblar pensando que "jo, si esto lo dice uno que se supone que sabe algo, qué podrán decir los que ya reconocen que no saben nada".

Miguel Sebastián ha instado a que los españoles combatamos la crisis y el paro acuciante consumiendo productos españoles. Esto supone reconocer que hay crisis y paro, lo cual ya es un avance con respecto a hace pocos meses (como ven ustedes, si no me consuelo es porque no quiero). Pero la receta del ministro es más típica del dueño sesentón de una tienda de ultramarinos de los años cincuenta que de cualquiera que tenga una mínima pátina de conocimiento económico. No crean que exagero. La "autarquía" franquista (que se vendía como una opción querida por España cuando era una imposición de la comunidad internacional) razonaba igual de torpemente que Sebastián: "si compro algo de fuera, el dinero se va; si lo compro de dentro, se queda".


El caso es que en una economía tan interconectada como la actual, esos planteamientos son ridículos. Imaginemos que los españoles pasamos a consumir Telefónica y Movistar en vez de Vodafone y Orange. Las compañías extranjeras perderían dinero y para ajustar presupuesto despedirían a trabajadores de nuestro país, cerrarían tiendas y reducirían inversiones y pedidos. Lo mismo si dejamos de comprar en el Carrefour para comprar más en El Corte Inglés, Eroski o Mercadona. Se irían al paro la cajera, el reponedor, el limpiador... y las economías en escala de las empresas favorecidas impedirían asimilar todo el trabajo destruido. Además de perjudicar la competencia, con lo que los precios subirían.


Más paro con la receta de Sebastián. El empleo y negocio que absorbieran la empresa española sería menor que el destruido, pero al debilitar la competencia entre compañías, el consumidor vería cómo suben los precios. El principal inconveniente de la receta ministerial es que el español tiene el afán de comprar el producto que mejor le venga a él mismo, no al otro, es decir, el que tenga mejor relación calidad-precio independientemente de su origen. Ya dijo Adam Smith que el interés de todo ciudadano era comprar barato en todo lugar e independientemente del origen del producto.


Pero además, la receta es inviable. ¿Dejará Sebastián de ir en el Audi oficial para emplear un Seat fabricado en Martorell o un Renault en Valladolid? ¿Qué pasará cuando la competencia se distorsione por el nacionalismo económico propuesto por el Gobierno y suban los precios?


La propuesta no sólo es engañosa, es rancia. Destila mercantilismo ignorante y demuestra que este Gobierno ya no tiene ideas. Y lo que es peor, denota el desconocimiento de la situación real de España. ¿Y si dejamos de consumir energía que no sea generada por empresas españolas? Teniendo en cuenta que ENDESA se la acabaron dando a una empresa pública italiana y el que importamos energía en porcentajes más que preocupantes por el capricho de la moratoria nuclear, estamos arreglados. ¿Compraremos velas made in Spain y mantas zamoranas para no gastar energía importada de Francia o Argelia? Y teniendo en cuenta el descomunal déficit comercial que arrastramos, ¿cómo creen que nos quedaríamos de mantener esa política severamente durante meses?

Y lo que es peor: ¿qué pasaría si todos los países se dan al mismo bochornoso nacionalismo económico? ¿Hay que recordar que nuestra principal industria es el turismo, especialmente el de ciudadanos de la Unión Europea?

Pues pasaría que si todos hacen lo mismo, con nuestro déficit comercial, llevamos las de perder. Y el paso siguiente a esa guerra de "sólo compro lo mío" es ineludiblemente "dejo de vender a quien no me caiga bien". De ahí a una vorágine de países boicoteándose y embargándose comercialmente unos a otros, sólo hay un paso. Y ya saben lo que decía Bastiat, "si las mercancías no pueden cruzar las fronteras, lo harán los soldados". Un ministro no debería decir tonterías.

Pero claro, si ése fuera un requisito legal, mañana dimitiría el Gobierno en pleno.



martes, 20 de enero de 2009

Obama: del cuento de hadas al thriller.

Érase una vez un país donde cualquier persona podía lograr su sueño. Tal era el lema de aquella tierra y para tantos millones de personas fue tan real que gentes de todo el mundo deseaban vivir allí. Aunque no todo era bueno. Existían personas para quienes sus sueños eran más difíciles de realizar. Personas con otro color de piel distinto al de la mayoría e incluso hubo una guerra en aquel país donde se confrontaron distintas visiones sobre los derechos de esas personas.


Muchos años después, una de aquellas personas de color minoritario, se atrevió a algo más que a soñar. Como muchos antes que él (incluso de los de su color) soñó que llegaba a ser quien dirigía los destinos de su país. Pero no se quedó en sólo una fantasía. Persiguió su anhelo con una autoconfianza rayana en el mesianismo y una tenacidad que más bien parecía obcecación. Supo decir a cada grupo del país aquello que deseaban escuchar. Con su aplomo enamoró a quienes contaban las novedades al resto del pueblo y con su verbo atrajo el dinero. Se aprovechó de que el senescal del país era muy odiado tras haber sido muy querido. Engatusó a los juglares, a los titiriteros itinerantes, a los que componían los cantares de gesta y a los nobles que pagaban a todos los anteriores. Para obtener el reconocimiento de los de su familia luchó contra una hechicera experimentada de quien todos decían que sería la mujer a seguir. Y ganó. Luchó contra un caballero de blanca armadura que había servido sin tacha en guerras lejanas ante enemigos impíos. Y ganó.

Y logró hacer su sueño realidad.

Todo el reino se felicitó por su victoria. "¡Sí! ¡Aquí todo hombre puede cumplir su sueño!" decían henchidos de orgullo patriótico. "¡Él nos salvará de nuestros problemas!"
Sólo le pedían que hiciera lo que él había prometido hacer. Nada más. Nada menos.


Así fue cómo el hombre que cumplió sus sueños, aquél que según Bill Clinton personificaba "el mayor cuento de hadas que había visto en su vida" se vio enfrentado a numerosas pesadillas por haber cumplido su sueño:


Soldados del país diseminados por todo el mundo, combatiendo enemigos que no respetan ninguna norma en al menos dos territorios, con todos los demás países del mundo envidiando, anhelando la flaqueza del país "donde todo hombre puede cumplir su sueño", socavando su poder, fomentando el odio visceral con el uso perpetuo de la mentira. Monstruos del pasado reconvertidos en "socialismos del siglo XXI", como espectros que vuelven tras su muerte y que precisamente por ello, son más difíciles de atrapar (las razones no valen cuando los socialistas de todos los partidos se niegan a entender los hechos históricos). Y peor aún, el nuevo senescal debía enfrentarse a un monstruo de infinidad de cabezas, un monstruo interior, omnipresente y multiforme. Tan interior que estaba en el propio modo de ser del nuevo senescal, hasta el punto de que él mismo había contribuido grandemente al crecimiento de ese monstruo y los planes que tenía para combatirlo sólo harían que alimentarlo y volverlo más poderoso. El monstruo que arruinaba a los habitantes robándoles sus ahorros de la manera más peligrosa: convirtiendo el dinero en mera convención sin base en riqueza real.


Con una crisis pavorosa, China rampante, Rusia desafiante, Irán regalándole por su investidura una crisis en Oriente Próximo a través de su franquicia de HAMÁS, Europa tan inerme como siempre y América Latina escarbando en el doble fondo del populismo, el cuento de hadas se convierte cuando menos un thriller de alta tensión.

Esperemos que no acabe siendo una película de terror.

domingo, 18 de enero de 2009

Sobre la concentración de apoyo a Israel.

Esta mañana he asistido a la concentración frente a la embajada de Israel en Madrid. Entre dos mil y tres mil personas (ya se sabe que los organizadores siempre elevan el número de asistentes) hemos escuchado las participaciones de los distintos hablantes. Entre ellos, el embajador israelí Rafael Schutz, un joven madrileño de dieciséis años cuya familia israelí está en primera línea de fuego ante los cohetes disparados por HAMÁS desde Gaza y -la sorpresa del evento- un diputado socialista en el parlamento autonómico madrileño.

Dicho diputado -Juan Antonio Ruiz Castillo- fue jaleado por la multitud al grito de "¡valiente!". Sin duda, no es para menos. Vayan ustedes a saber lo que tendrá que aguantar este hombre por su participación activa en la concentración.




Lo que a los asistentes nos ha hecho sentir especialmente reconfortados han sido algunas relevantes diferencias con la manifestación anti-israelí (disfrazada de pro-Palestina) del pasado domingo 11 (sí, la de los "artistas"). Para empezar, nosotros no hemos acabado tirándole piedras a nadie. En ningún momento nadie ha tildado ni a Palestina ni a sus pobladores de asesinos, genocidas o terroristas (pese a que más de la mitad de los gazíes votó en su momento por el HAMÀS). No era una manifestación "anti-Palestina". Al contrario, abundaban las referencias a la necesidad de que Palestina tenga su Estado-Nación y que sea democrático. Nadie quiere echar a los palestinos al mar, eliminarles de la faz de la tierra o impedirles a toda costa que tengan su país.

En todo momento, en las declaraciones, en los cánticos, en las pancartas, ha habido una clara diferenciación entre Palestina y el HAMÁS ("Palestinos sí, terroristas no" se ha coreado varias veces y era el mensaje de numerosas pancartas). Justo lo que las manifestaciones anti-israelíes no suelen hacer. La defensa de los derechos y libertades de la población civil Palestina ha sido expresa y reiterada en la manifestación. Quienes de buena voluntad (es decir, sin camuflar su odio a Israel como apoyo a la causa palestina) se alinean contra Israel porque creen que hacen lo correcto, deberían de pensar por qué quienes apoyan a Israel exigen a UNICEF que proteja a los niños palestinos de la influencia de HAMÁS y que en Palestina se cumpla la Convención de Ginebra que prohíbe el uso de civiles como escudos humanos y la instalación de arsenales e infraestructuras militares en poblaciones civiles mientras quienes acusan de genocida a Israel siempre se olvidan de estas cuestiones. ¿Es para reflexionar o no?



Durante la manifestación, en dos ocasiones, se ha emitido por la megafonía una grabación de las sirenas que desde hace años suenan en poblaciones como Sdèrot o Ashkelon cada vez que HAMÁS lanza cohetes indiscriminadamente (no como el Tsahàl) sobre los civiles israelíes. Creo que muchos de los presentes sufrimos un escalofrío al ponernos en la situación de escuchar las sirenas y tener tan sólo 15 segundos para dejar lo que estés haciendo y ponerte a salvo implorando a tu Dios o al azar que no te toque la macabra lotería de que te caiga encima ese artefacto de muerte (muchos de ellos, fabricados y/o pagados por Irán).

El pueblo de Israel anhela la paz como ningún otro. Sus ciudadanos no incapacitados (hombres y mujeres) empeñan de forma obligatoria 3 años de sus vidas en el servicio militar y después vuelven a servir intermitentemente para mantenerse con capacidad de ser movilizados como reservistas hasta los 45 años. Si Israel se viera abocado a una guerra total, de los siete millones de sus habitantes, un millón serían incorporados a filas. ¿Qué país puede ser feliz con esa espada de Damocles sobre sus cabezas? Y aún así, Israel es uno de los estados-nación más exitosos de los últimos 60 años. Ha logrado establecer una convivencia interna democrática, pacífica, con un nivel de derechos civiles que en nada tiene que envidiar a europeos y norteamericanos, con una democracia más asentada que muchas europeas y con una división de poderes más vigorosa que -por ejemplo- la española. Han convertido parte del erial del desierto del Nèguev en un jardín próspero y es una sociedad dinámica que aporta progreso científico y actividad cultural al mundo. ¿Qué no podría ser Israel si sus vecinos no quisieran aniquilarle, si no tuviera que emplear tantos de sus esfuerzos en sobrevivir?

Los israelíes quieren paz, pero no la de los cementerios ni la de los hornos crematorios. Anhelan que HAMÁS, HEZBOLLÀH e Irán dejen de obstaculizar la solución dialogada al conflicto, que Palestina se erija en un estado democrático con quien tener relaciones comerciales y de vecindad pacífica, lo que supondría más progreso para Israel y un desarrollo enorme para Palestina.


La identificación sistemática del HAMÁS con Palestina es el verdadero triunfo de los yihadistas. Hasta tal punto han logrado que la histeria anti-israelí identifique lo que es bueno para los terroristas del HAMÁS con lo que es bueno para Palestina que apuesto a que el acto público en el que más inequívocamente se han defendido los derechos de los civiles palestinos, ha sido la concentración de apoyo a Israel.

sábado, 17 de enero de 2009

Círculo Liberal: el murmullo contra el huracán.

Hace unos días, un bloguero de RED LIBERAL, José García Palacios lanzó un llamamiento a los bloggers que se consideraran liberales a participar en un nuevo y tímido proyecto llamado CÍRCULO LIBERAL. De inicio era prácticamente un experimento: sin más requisitos de acceso que respetar tres ideas básicas:



1)Defensa de las libertades individuales frente a cualquier tipo de imposición.



2)Defensa de la democracia frente a cualquier forma de dictadura.



3)Defensa del estado limitado frente al estado descontrolado o a la ausencia de estado.



Como vemos, un espectro liberal amplio aunque no absoluto, al dejar fuera a quienes aboguen por la abolición del Estado (una corriente teórica mejor fundamentada de lo que parece a simple vista y muy interesante en mi humilde opinión, aunque impracticable hoy en día).



Libertad invidual, democracia frente a totalitarismo y minarquismo. Caben muchas ideas ahí dentro y muchas de ellas discrepantes, lo que no debe de ser visto como una debilidad sino como un acicate para el debate.



He tenido la suerte de haber sido agregado a este jovencísimo y sorprendentemente exitoso proyecto y ahora comparto agregador de blogs con un puñado de buenos autores y pensadores de quienes aprender mucho y cuyas aportaciones interesantes me espolearán para intentar estar a la altura adecuada para no ser un "relleno" en dicho agregador.





A riesgo de precipitarme, extraigo ciertas lecciones de el hecho de que un número nada desdeñable de bloggers hayamos deseado formar parte del proyecto. Sin duda, la cantidad no implica calidad, pero aún es pronto para juzgar sobre esa calidad (por ahora, a mí me gusta lo que les he leído a otros y entiendo las dudas que al leerme puedan surgir sobre qué hago yo por aquí). Obviamente, muchos dirán que lo que nos hace querer formar parte de un agregador es la vanidad de sentirnos leídos, de creernos "alguien" por formar parte de "algo", aunque sea algo tan modesto. Es posible que todos pequemos de vanidosos, no voy a esconderme ahora. En mi cuota de vanidad va también una intención de querer elevar la voz sin estridencia, más que elevarla, encontrar un rincón donde se oiga aunque sea bajito y aunque nadie la escuche, pero que si alguien decide escucharla, pueda hacerlo.



Eso es. Todos los participantes del CÍRCULO LIBERAL pueden ahora aumentar su recóndito espacio donde su voz es suya y no silenciada por el atronador estruendo del pensamiento único que nos invade y modela los idearios de una gran mayoría de la población. No vamos a cambiar el mundo. Probablemente la mayoría de nuestros comentarios sólo nos los leamos entre nosotros. No seremos un catalizador del pensamiento liberal en España. De hecho, incluso la manera de entender ese pensamiento es suficientemente heterogénea entre nosotros como para que discutamos más lo que nos separa que lo que nos une (algo que considero muy sano si se hace bien).



No, no es probable que cambiemos el pensamiento dominante. Incluso algunos de nosotros podemos ser tan torpes en nuestros argumentos, que puede que flacos favores le hagamos al ideario liberal. Y sin embargo, las utopías, como el horizonte, sirven para avanzar. Nadie logra sus objetivos sin dar un paso adelante, por imposibles que parezcan esos objetivos. En el huracán del progresismo que arruina el debate de las ideas, nuestro modesto puñadito de blogs es sólo la suma de los murmullos de nuestras propias opiniones. Pero quizá con este agregador recién nacido, esos murmullos puedan ser escuchados mejor, aunque sea por nosotros mismos.



Y no crean ustedes, que eso de poder escucharse a uno mismo, no es poca cosa en los tiempos que corren.



Feliz nacimiento a CÍRCULO LIBERAL y gracias a su creador por su amabilidad al acogerme entre sus agregados. Enhorabuena a todos los demás participantes. Pasen y lean, siempre serán bienvenidos. Y discrepen, por favor. La discrepancia no sólo es bienvenida sino que se considera imprescindible. Bienvenidos todos.

miércoles, 14 de enero de 2009

Navarra: el largo camino hacia el "Anschluss".

Desde 1996, Navarra es gobernada por UPN, que ha ejercido como una especie de franquicia local del PP, con el apoyo sistemático de CDN. El líder de UPN y actual Presidente de la Comunidad Foral, Miguel Sanz, ha sabido aprovechar con habilidad las ventajas de pertenecer al PP (apoyo y proyección mediática, acceso a un gran reservorio de votos de la derecha moderada y de reacción contra el socialismo y el nacionalismo) esquivando las desventajas (erosión por la guerra de Irak, imagen de extremismo que se ha impuesto en la mayoría de medios al hablar del PP...). UPN es claramente la fuerza política líder en Navarra, la más votada con gran diferencia sobre la segunda (22 escaños autonómicos contra 12 de los socialistas navarros y nacionalistas)

Pero en mayo del 2007, UPN y CDN se quedaron a tan sólo un escaño de poder formar gobierno. Como siempre desde que Zapatero manda en el PSOE, se armó el ejército de "todos contra el PP" tambaleándose las posibilidades de Sanz de repetir al frente del Gobierno navarro. Los tentáculos del "Pacto del Tinell" que encorsetan la democracia española desde hace años supondría un gobierno de coalición nacionalista-socialista al estilo del catalán. Pero lo que libró a UPN de pasar a la oposición fue el resultado de esas elecciones en toda España: el PP logró más votos populares que el PSOE a tan sólo 9 meses de las elecciones generales. Las alarmas sonaron en Ferraz. El tema de las permanentes cesiones socialistas ante el nacionalismo y el fiasco de la negociación (menos transparente y más transigente que nunca) con la banda terrorista e.t.a. podía realmente provocar una derrota del PSOE en marzo del 2008.

Los socialistas fueron inteligentes: sacrificaron el gobierno del Navarra que tenían al alcance de las manos. Una pieza menor en comparación con el Gobierno de la Nación. Un gambito rentable junto a la machacona publicidad institucional con el membrete y coletilla final de "Gobierno de España". La bandera rojigualda empezó a ser usada a mansalva por el PSOE tras más de tres años de marginación. Junto a múltiples tretas publicitarias, esto ayudó a la victoria electoral. Además, se dejó al PP sin una parte importante de su discurso: la de la venta de Navarra como parte de la negociación opaca con e.t.a. No se logró quitar votos al PP, pero sí se detuvo la fuga de votantes moderados del PSOE que empezaban a sospechar que realmente las carantoñas de Zapatero con los asesinos y el nacionalismo más insaciable iban demasiado lejos.


Tras la apurada investidura de Sanz, la política Navarra osciló hacia la permanente sensación de provisionalidad. Cuando quiera el PSOE, una moción de censura le pondrá en el trono foral. Sabedor de ello, Miguel Sanz ha ido pagando los peajes que el PSOE le ha ido exigiendo. Unas incómodas declaraciones para el PP por aquí, unos desplantes por allá. La gota que ha colmado el vaso ha sido la ocurrencia de apoyar los Presupuestos Generales del Estado del 2009 (hechos sobre estadísticas macroeconómicas que el propio Solbes ha reconocido como desfasadas, por cierto). Tras que el PP lo considerara una provocación y que Sanz hablara sobre el tema como si si fuera una marioneta de trapo cuya voz la hiciera un Pepe Blanco reconvertido en ventrílocuo, Rajoy ha decidido la implantación del PP autónomo en Navarra.


No puede haber mejor noticia para el PSOE. Incluso aunque se reconozca la inevitabilidad de la decisión de Rajoy, hay que reconocer que los socialistas han obrado con la inteligencia que no suele caracterizarles en la gestión de los asuntos públicos. Sin duda, se les da mucho mejor aplicar la inteligencia para obtener y mantener el poder que para usarlo de manera benéfica para la sociedad. También es cierto que ésa siempre ha sido una de las características inherentes al socialismo. El PSOE aplica con audacia el principio de "divide y vencerás" sabiendo que ahora mismo, Sanz es el eslabón débil no sólo del PP-UPN, sino de Navarra (cuyo escudo está formado por cadenas). De la misma manera que la unión de PNV y EA en Nafarroa Bai potencia el voto disperso del nacionalismo, la división del voto centro-derechista y foralista navarro debilitará dicha opción política. El PSOE puede dejar que avance la ruptura de UPN y que se pudra el Gobierno de Sanz o caiga en la parálisis para erigirse como el salvador de Navarra con una moción de censura fácil de vender en toda España o sencillamente esperar a que en poco más de dos años las elecciones le den el poder ante unos rivales dispersos y enconados como tras un reciente divorcio.

¿Y entonces?

Pues lo mismo que en Galicia, Cataluña y Baleares. Un PSOE nacional-socialista, es decir, socialista en el manejo del poder, las instituciones y el dinero público y nacionalista en todo lo demás donde pueda decidir la ideología. Un PSOE que considera que ser moderado es abrazar las nacionalidades inventadas en cuantas regiones haya y dejar la idea de España en el baúl de los recuerdos como un viejo trapo que sólo usan los nostálgicos de la dictadura. Se multiplicarán las Ikastolas, florecerán los mapas donde Navarra es sólo una parte de ese ente vasquista que aparece en los mapas del tiempo de la televisión pública vasca y se fomentará la visión de que para ser más navarro, se debe ser menos español. El nacionalismo vasco lo sabe y por eso entendió la renuncia del PSOE a obtener el gobierno de Navarra cuando pudo haberlo tenido. Para todos los nacionalismos antiespañoles, era mucho más importante impedir el regreso del PP a la Moncloa. Zapatero es su esperanza. Este PSOE es su gran oportunidad.


Navarra, con este PSOE gobernándola, estará varios pasos más cerca de formar parte de esa entelequia delirante, que soñó a finales del siglo XIX Sabino Arana y que es la pesadilla que ha generado tanto dolor, odio y muerte. Estará más cerca del Anschluss que para ella anhelan el PNV, Eusko Alkartasuna, Ezker Batua, Aralar y parte del PSE-PSOE. Y también, e.t.a.


lunes, 12 de enero de 2009

Aranceles: el hambre que causamos.

Uno de los padres del liberalismo económico fue Adam Smith. El escocés pupilo de David Hume sentó las bases de la economía clásica y llevó el análisis de la política económica a nuevas cotas que marcarían la senda de la ciencia económica durante todo el siglo XIX. Tuvo numerosos aciertos y también fallos clamorosos, como la consideración del valor por el trabajo acumulado, abriendo el camino a Karl Marx y su deletérea teoría de la plusvalía.

Pero uno de los aspectos del análisis smithiano más inexpugnable es el relativo a su estudio sobre las políticas arancelarias y el proteccionismo económico. Smith elaboró esta parte de su teoría en respuesta al paradigma económico de su época, aquél que años después sería definido como "mercantilismo". Durante su vigencia, los partidarios de dicha corriente de pensamiento no se autodefinían como mercantilistas, esa designación fue posterior.
Los juicios vertidos por Smith al respecto de las prácticas proteccionistas son las consecuencias ineludibles de sus premisas sobre la división del trabajo y la ventaja comparativa. Dichos argumentos son además una eficaz vacuna contra el nacionalismo económico, que siempre suele ser la consecuencia del ideológico aunque ambos se retroalimentan una vez se ponen en marcha. Es lamentable que más de dos siglos después de Smith, los países más desarrollados de la Tierra parezcan no haber aprendido nada.

Recientemente he tenido la ocasión de ver la película-documental "Nosotros alimentamos el mundo", la cual recomiendo a quien le interesen los temas de esta entrada. Como cabía esperar en una película de esta factura, existen diversos argumentos contra la globalización. Especialmente en lo que respecta a la introducción en el mercado de métodos de producción industrial que fomentan la producción masiva sobre la calidad. La película se olvida de analizar que ello es consecuencia lógica de dos cuestiones deseables: 1) el aumento de la población en el mundo. 2) El aumento generalizado de riqueza que hace que más individuos deseen un mayor número de productos alimentarios.

Pero la globalización es un proceso tan espontáneo que incluso en esta película encontramos argumentos en su favor (no sé si a propósito por los realizadores para dar cabida a ideas heterogéneas o bien no se han percatado de la "intromisión" de datos que pueden sostener visiones liberales del asunto). Se articula la película en torno a pequeñas historias que van de unos países a otros. En la referente a un pescador artesanal francés, vemos cómo la injerencia estatista de la Unión Europea interfiere en el mercado fomentando la pesca industrial y perjudicando la calidad del pescado arrebatado al mar. Todo un argumento en contra de la interferencia estatal, pese a quien le pese.


____________________________________No comment.

Pero más rotundo es cuando el Alto Comisionado de la ONU para el Derecho a la Alimentación indica que las subvenciones de la PAC (Política Agraria Común de la UE) logran que los tomates europeos se vendan en el mercado más importante de Senegal a precios menores que los tomates senegaleses. Como siempre, la fijación de precios de espaldas al mercado genera graves perjuicios a los agentes económicos (salvo a los privilegiados que se benefician de la injerencia. Y he ahí donde el liberalismo económico va detrás de la ética liberal: en el combate contra los privilegios personales). Lógicamente, el campesino senegalés (o de muchos otros países africanos) tiene la ambición de no morirse de hambre. Si logra que no le enrolen a la fuerza en algún ejército de algún sátrapa africano o en alguna milicia paramilitar, si no es un fanático religioso y aspira a vivir fuera de la pobreza y poder sacar de la misma a los suyos o fundar algún día una familia que viva en paz y del fruto de su propio trabajo (como vemos, ambiciones todas muy similares a las que tenemos en los países "desarrollados") nuestro laborioso campesino al que le impedimos vivir de su trabajo se verá obligado a emigrar.











Emprenderá un viaje infernal que le llevará meses sino años. Pondrá en varias ocasiones su vida en peligro y dilapidará sus escasos ahorros (si los tiene) en dicha aventura. Lo más probable es que se ponga en manos de alguna mafia de la que se convierta en deudor y que le obligue a delinquir para saldar la deuda. Todo ello sin garantía alguna de llegar vivo (ni muerto) a su destino. Acabará siendo un inmigrante ilegal que nos venderá DVDs en el top-manta (en el mejor de los casos) o picos de heroína introducidos por la misma mafia que le trajo a él. Puede que le den como alternativa enrolarse en diversas bandas de delincuentes contra la propiedad o las personas (generalmente, contra ambos). Él sólo quería vivir fuera de la miseria absoluta, pero nuestros aranceles le han condenado a una odisea de la que si sale vivo, puede que no vuelva a ver la vida con la ilusión que tuvo un día. Se verá en una sociedad donde muchos le recibirán con abierta hostilidad e incluso le culparán de delitos o de penurias económicas que nuestra sociedad ha generado sin ayuda de quienes vienen aquí a trabajar.


Pero los políticos que aprueban la PAC dilapidando más de la mitad del presupuesto comunitario, lograrán unos cuantos votos y se mostrarán muy ufanos de "defender a nuestros campesinos" e incluso nuestras tradiciones agrícolas. No se les ocurrirá gastar ese (nuestro) dinero en dar formación a esos campesinos para que puedan aprender a realizar labores que no necesiten ser subsidiadas porque se hacen mucho más baratas en otros países. No fomentarán la inversión en I+D+i o la renovación del capital industrial de muchos pequeños y medianos empresarios que trabajan con medios desfasados. Y mucho menos se les ocurrirá no recaudar ese dineral y dejar que nos los gastemos como queramos. Al fin y al cabo, ¿qué vamos a saber hacer nosotros con el dinero que producimos?







Warning! ¡La UE al rescate de nuestra agricultura!


Aquí es donde Adam Smith y su análisis del proteccionismo de corte mercantilista están de plena actualidad. Pero el escocés seguramente jamás pudo imaginar el daño brutal que a tantos países les producirían dichos aranceles. No sólo les condenamos al hambre y a la pobreza sino que les dejamos sin sus trabajadores, muchos de ellos la verdadera élite de sus sociedades, los que demuestran carácter emprendedor pero lo utilizan no para generar riqueza en sus tierras, sino para huir de ellas. Quizá Smith jamás pensó que los aranceles se convertirían en la mayor maquinaria de creación de hambre de la historia de la Humanidad porque tras la publicación de "La riqueza de las naciones" pensó que sería cuestión de tiempo que los países dejaran atrás el pensamiento económico que él criticaba y cuya falsedad demostró.

Quizá Adam Smith creyó en el progreso de la Humanidad mucho más de lo que la Humanidad ha demostrado merecerse.

sábado, 3 de enero de 2009

"Creced y multiplicaos".

"Creced y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares; y los volátiles multiplíquense sobre la tierra".

Génesis - 23.


El último padrón municipal actualizado a enero del 2008 cifra la población de España en 46.063.511 personas. Supone una subida de casi un millón con respecto al padrón municipal de un año antes y 6 millones con respecto al censo del año 2.000, es decir, que desde finales del siglo pasado España ha visto incrementada su población en una media de 750.000 personas por año.

Creo sinceramente que es una excelente noticia. Este incremento sería imposible sin los flujos migratorios de los que nuestro país se ha convertido en destinatario (y no emisor) desde la década de los noventa. Ese cambio de España de pasar de ser origen a destino de emigrantes supone un éxito colectivo por mucho que seamos conscientes de que no se pueden tirar las campanas al vuelo ni olvidar que no sólo es mérito de España sino demérito de muchos otros países, principalmente iberoamericanos, magrebíes y subsaharianos. En menor medida, China y los países del este de Europa aportan también importantes cantidades de inmigrantes a nuestra sociedad.

Dijo Friedrich Hayek que "tenemos que elegir entre ser pocos y pobres o muchos y ricos". Sin duda, el crecimiento económico de nuestra sociedad es sencillamente imposible sin esos trabajadores venidos de fuera. Pero muchos españoles lo que ven es que los niños de los inmigrantes hacen que las clases del colegio avancen con más lentitud debido a los foráneos que tienen problemas con el idioma. Ven cuando una cama de hospital es ocupada por alguien que no nació en España. Ven al camarero ecuatoriano, al albañil magrebí o al propietario de bazar chino que ocupa un local que antes pertenecía a un comercio de barrio "de los de toda la vida". Hay muchos resortes psicológicos que nos hacen sentirnos amenazados ante quienes no pertenecen a lo que consideramos nuestro grupo social. Por eso, defender la necesidad y los beneficios de la inmigración se topa con dificultades de índole psicológica e incluso antropológica. Por eso es popular (y no sólo populista) defender regulaciones que penalicen "al de fuera" fingiendo beneficiar "al de dentro". Si lo defienden los nacionalismos regionalistas dentro de España (véase el Estatut catalán), cómo no lo defenderán otros grupúsculos políticos en cada ciudad y pueblo de España.

La frase de Hayek tenía que ver con su teoría sobre la dispersión del conocimiento. Cuantas más personas, más posibilidades de que nuevas ideas beneficien a la comunidad y de que todos (incluso los ociosos) se beneficien del sistema, ya que el ingenio de 1.000 personas logrará más del doble que el ingenio de 500 debido a la repercusión que la creatividad de unos tiene en la de otros. Pero es complicado explicar esto frente a quien siente que "lo suyo" está siendo "usurpado por alguien de fuera". Este razonamiento que abre las puertas a la xenofobia es mucho más popular y virulento en tiempos de crisis y apuros económicos. Uno de los peores riesgos que conlleva la situación económica que vivimos es que crezcan los movimientos xenófobos. Entre los inmigrantes también hay delincuentes, igual que entre los españoles, pero se suele incidir excesivamente en la procedencia del delincuente cuando es extranjero, como si eso le configurara como un peligro social por su origen y no por sus actividades.

La inmigración no es un problema, sino un fenómeno. Un fenómeno social de los más complejos y versátiles, ya que según responda la sociedad sobre la que incide, puede ser un gran éxito o un tremendo fracaso. No pocos de los países más prósperos del mundo lo son porque han sabido integrar los flujos migratorios que recibieron con muchos más éxitos que fracasos. Una vez más, EE. UU. es el ejemplo. En España, los gobiernos Aznar y Zapatero han competido en la promulgación de leyes migratorias desastrosas, torpes, confusas, de vigencia breve y de aplicación defectuosa. No pocas veces, sencillamente no se ha aplicado la ley y se han acabado haciendo regulaciones masivas, alguna de las cuales (la última con el actual gobierno) irritó tanto a la Unión Europea que se prohibió que los regularizados fueran considerados como tales más allá de las fronteras españolas (una medida sin precedentes) e incluso se planteó la posibilidad de expulsar a España del área de aplicación del Tratado de Schengen. Debido a esta incompetencia legislativa se ha fomentado la inmigración ilegal, multiplicando las personas atrapadas en redes de delincuencia dirigidas por traficantes de inmigrantes. Con ello, se imprime en la sociedad receptora una sólida visión de la inmigración como fuente de problemas, visión que es visceralmente aprovechada por los xenófobos. Se saturan los ya colapsados sistemas judicial y penitenciario y se detrae capacidad de producir riqueza en actividades legales. Sin olvidar lo más importante: la condena (que puede ser de por vida) a miles de inmigrantes que sólo soñaban con vivir mejor que en su país de origen.

La frase de Hayek y el versículo de la Biblia están íntimamente relacionados, seamos creyentes o no. Pero la visión malthusiana de la sociedad y la economía cuenta con la ventaja de que es muy verosímil prima facie. Casi todo el mundo piensa que si otro tiene algo que nosotros deseamos, ya no podemos tenerlo. Y eso es así con los objetos físicos, pero la riqueza, la verdadera riqueza, la crea el hombre con su labor e ingenio y si Malthus o los agoreros de la Declaración de Roma tuvieran razón, no se entendería cómo es posible que con un mundo más poblado que nunca haya más gente viviendo con un nivel de prosperidad y bienestar como no ha habido jamás.

Muchos recursos son importantísimos para la generación de prosperidad y riqueza, pero ninguno es tan importante y valioso como el único recurso imprescindible: el ser humano.

viernes, 2 de enero de 2009

2009: El año de la crisis.

Ya está aquí. Ochenta años después de la peor crisis de la historia de la economía moderna, el 2009 se nos ha echado encima con un saco de datos que le configuran como el año más difícil para muchas familias, personas, empresas y -finalmente- naciones.

"Próspero año nuevo" es el deseo más frecuentemente expresado en torno a estas fechas. Difícilmente el 2009 será próspero para la mayoría y muchos suscribirían lo de "Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy". Los buenos deseos no sirven de mucho en Economía. Que se lo digan a nuestro Presidente, que tras más de un año negando la crisis e inventando eufemismos cada vez más ridículos para referirse a ella, no ha tenido más remedio que asumir que existía, eso sí, diciendo que la culpa era de los neocon. Lo de negar la realidad para ver si así desaparece, no funciona. Tampoco parece que funcione que algunos, como el Presidente, espabilen a golpes de realidad y dudo que la próxima vez que no le convenga reconocer la situación, se resista a negarla.

Pero para "golpes de realidad" los que sufrirán las empresas que cerrarán, los empleados que engrosarán las listas del INEM (a pesar de la "ingeniería estadística" de la Administración), los inmigrantes que tendrán que volverse a su país y las familias que de tanto apretarse el cinturón echarán cintura de avispa aunque no quieran. Quienes tienen asegurado un 2009 tranquilo y con unos emolumentos fijos y bien por encima de la renta media, son los políticos, los mismos que no harán más que dar continuas (y a veces hasta incompatibles) recetas para solucionar la crisis y quienes declinarán toda responsabilidad si las cosas van a peor y reclamarán todos los méritos si por un casual mejoraran. Eso sí, los políticos de tribus distintas se echarán todas las culpas los unos a los otros, incluso aunque todos adopten medidas idénticas frente a la crisis.

Y es que lo peor de la crisis del 2008, será el 2009, de manera similar a como a finales de los años 20, las graves caídas bursátiles de 1928 sólo fueron el prólogo de las oleadas de quiebras de 1929. Los keynesianos e incluso algunos liberales de postín (como Pedro Schwartz y Xavier Sala i Martín) encuentran en las desastrosas quiebras de 1929 un ejemplo a modo de asidero para justificar parcialmente algunas de las medidas gubernamentales ante la crisis del 2008 (como el rescate bancario en el caso de Schwartz y el aumento del déficit público en el caso de Sala i Martín). Sin duda, el debate es complejo y está abierto. Pero existe aquí un riesgo de hacer un paralelismo sensacionalista que ciegue a los poderes públicos. Es obvio que hay similitudes entre la actual crisis y la de hace 8 décadas, pero también enormes diferencias. El peligro es que es tan rentable para la prensa el apelar a los parecidos históricos, que el día a día de llena de titulares donde se fuerzan los paralelismos entre ambas crisis. De resultas de esa querencia por la visión simplona de que "la historia se repite", se da por cerrado el diagnóstico y lo que es peor, se escogen soluciones basadas en el New Deal sin ningún espítiru crítico con lo que sucedió en los años 30 y sin analizar los verdaderos efectos de las políticas keynesianas a corto, medio y largo plazo.

Una de las principales diferencias entre el 2009 y el 1929 es la experiencia acumulada en 8 décadas de empirismo práctico extremadamente diverso. El conocimiento económico es más profundo, está más contrastado y es más accesible que nunca. Un ejemplo de esa accesibilidad es internet, que además facilita una gran posibilidad de difusión. Es en esta batalla de las ideas donde es posible crear corrientes de opinión y confrontar las supersticiones que se disfrazan de ideas y que tanto daño hacen a la sociedad cuando dirigen la acción política.

El reto merece la pena. Se trata de nuestro bienestar y nuestro dinero.